Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
El diagnóstico de Artritis Reumatoide (AR) puede producir malestar emocional a nivel psicológico, ligado a los cambios de alimentación, costumbres o temor a lo desconocido (1).
No obstante una de las maneras que pueden ayudar a superarlo y evitar sentimientos negativos, es dialogar con los otros que forman parte del entorno: familiares, amigos, profesionales de salud o compañeros de trabajo (1).
Como la AR es una enfermedad que puede tener continuidad en el tiempo, compartir con personas cercanas puede ayudar a aceptarla y comprenderla mejor (2).
El diálogo con los seres queridos es fundamental para afrontar la enfermedad y mejorar la calidad de vida de las personas con Artritis Reumatoide (3).
¿Con quienes hablar?
Hablar con la familia sobre los síntomas, permite brindarles información sobre la enfermedad para que sepan cómo ayudar, teniendo en cuenta las dificultades de la afección (1).
Además, conversar con amigos sobre Artritis Reumatoide, los ayudará a conocer de qué se trata y encontrar el modo de compartir y acompañar (1).
Por su parte, dialogar con la pareja sobre los cambios que se puedan producir en la sexualidad, puede evitar problemas posteriores que afecten el vínculo por el simple hecho de no haberse planteado (1).
Finalmente, ante la aparición de diversas preocupaciones se recomienda hacer una visita a un profesional de la salud mental y expresarlas a modo de terapia, para adquirir habilidades sociales que permitan comunicar al entorno (1,4).
Ellos pueden ayudar a encontrar respuestas y modos de conducir lo que está afectando de la enfermedad, así como también a reducir el miedo a contar lo que sucede (1,4).
Hablar con la familia
Para sentirse más comprendido con la Artritis Reumatoide, es necesario hablar con la familia de la enfermedad 3.
Las personas que ocultan la afección tienden a encontrarse más solas, dado que al no comunicar los síntomas, el entorno no comprende del todo la problemática (4).
Hablar sobre AR, expresando lo que se siente, es el primer paso para aceptar la enfermedad y que los vínculos cercanos lo entiendan (3,4).
Del mismo modo, se debe solicitar ayuda en la familia cuando hay que realizar una tarea, para evitar esfuerzos y favorecer la comprensión de la enfermedad por parte de los más cercanos. Se evitará la queja, pero sin minimizar los efectos (3,4).
Solicitar ayuda con una labor diaria es una forma de expresar la dificultad y dar a conocer de manera práctica la enfermedad.
¿Cómo hablar con otros sobre Artritis Reumatoide?
La familia y los amigos que tienen voluntad de ayudar y acompañar en la enfermedad, tal vez no sepan cómo hacerlo (3).
Es importante poder expresar las necesidades, para evitar poner a las partes en situaciones incómodas (3).
Estas se pueden producir como consecuencia del desconocimiento de la enfermedad en los otros, en donde se insiste con preguntas sobre la Artritis Reumatoide (3).
Una manera de conversar sobre la afección con personas del entorno, es pedirles que concurran a asociaciones de pacientes con AR, charlas o actividades del tema, para conocer las formas de ayudar (4).
Además solicitarle a un familiar o amigo de confianza que acompañen a la visita al médico, es una forma de apoyar en la situación permitiendo conocer más sobre la enfermedad y que el mismo pueda ayudar a recordar las indicaciones importantes que exprese el profesional (4).
Evitar entornos que no generen confianza
Para poder hablar sobre la Artritis Reumatoide, es necesario evitar entornos que no generen confianza e impidan expresar con tranquilidad la condición.
Al no tener síntomas visibles pueden aparecer impedimentos para hablar, por pensar que descrean de la existencia de la enfermedad. Sin embargo, se deben poder describir los síntomas para favorecer su comprensión (2, 3).
En algunos entornos, las personas con AR pueden no sentirse contenidas y hablar de la enfermedad se transforma en una gran decepción (2).
Por eso, es importante poder decidir previamente con quién hablar sobre la Artritis Reumatoide, si elegir un círculo íntimo para compartir la información o un grupo más amplio, dependiendo de quiénes y en cuántas personas se confíe (2, 3).
Cuánta información dar
También es importante considerar cuánto se quiere contar sobre la enfermedad, si con una simple oración explicando que se tiene AR, una enfermedad que afecta a las articulaciones, será suficiente. O si existe intención de dar más detalles y contar cómo afectan sus síntomas, por ejemplo (4,2).
Con el paso del tiempo, resulta más sencillo determinar cuánto hablar y con quién hacerlo, dado que con determinadas personas puede haber más afinidad que con otras, determinando quienes están dispuestas a escuchar y quienes no (2).
¿Qué decir?
Sobre qué decir de la Artritis Reumatoide, se debe compartir lo que resulte más cómodo, desde simples detalles hasta información más amplia (2, 3).
Describir cómo se siente, ayuda a los otros a comprender que los síntomas pueden mejorar o empeorar limitando las actividades (3).
Además comunicar sobre cómo es la enfermedad, les permitirá conocer a otros que la AR provoca dolor articular, rigidez y otros problemas que no son visibles a simple vista (3).
¿Hablar en el trabajo?
Hablar en el trabajo puede ser necesario, en la medida que posibilita el acceso a determinados permisos o beneficios.
Algunos de ellos pueden ser, acordar el tiempo que se requiera para concurrir a citas o realizar adaptaciones especiales en el lugar de trabajo en caso de ser necesarias, como formas que la AR interfiere en ese ámbito (2, 3).
No obstante, se pueden definir previamente las personas que deberían contar con esa información en el trabajo, dado que si las afecta de algún modo, deberían saber sobre la problemática (2, 3).
Estos pueden ser personal del área de Recursos Humanos o un supervisor inmediato, dependiendo de la estructura de cada organización. El hecho de ser honesto con quienes forman parte del día a día, brindará fácil acceso a ayudas y adaptaciones por la condición (2, 3).
Si los síntomas de la enfermedad no afectan la actividad diaria laboral, también se puede optar por no mencionarla. No obstante, cuanto más personas sepan, menos se tendrá que educar a las personas sobre la AR si los síntomas aparecen (2, 3).
Hablar con niños de Artritis Reumatoide
Si se tiene niños, es probable que no se les hable de la enfermedad directamente, ellos también podrían manifestar temor (2).
Sin embargo, en el caso de elegir hablarles, se les puede contar los aspectos positivos en la afección, como por ejemplo, que se cuenta con un médico que brinda su ayuda o que se están estudiando mejores tratamientos (2).
También es posible que los niños incorporen conocimiento sobre la Artritis Reumatoide en las actividades diarias. En este sentido, repartir tareas con ellos, puede ser una buena idea (2).
Los niños pueden tomar consciencia de la enfermedad cuando se les solicita ayuda con alguna tarea diaria, que resulte problemática de realizar debido a la AR (2, 4).
La importancia de decir
Es importante hablar de manera concreta sobre la enfermedad con las personas cercanas, a fin de evitar que sean insistentes cuando presencian conversaciones abiertas o poco claras (3).
Cuanto más se hable de Artritis Reumatoide, menos necesidad habrá de explicar cada detalle frecuentemente (3).
Acudir a una atención psicológica puede ser una buena idea, a fin de resolver las preocupaciones a través de respuestas sencillas, que permitan quitar los miedos y procurar la tranquilidad necesaria (1).