Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Cuando se detecta en sus primeras etapas, el cáncer de pulmón a menudo se puede tratar con éxito y, a veces, incluso curar. Pero el tiempo es esencial. Si la afección se diagnostica erróneamente o se ignoran sus síntomas, es posible que un paciente no reciba el tratamiento adecuado hasta que el cáncer haya progresado a una etapa avanzada. Por esta razón, es importante buscar atención médica inmediata ante cualquier síntoma inusual, como una tos persistente que no desaparece después de unos días. También podría ser útil solicitar una segunda opinión sobre cualquier diagnóstico si el curso de tratamiento recomendado no alivia rápidamente el problema.(1)
Varios de los primeros síntomas del cáncer de pulmón, como dificultad para respirar y tos con sangre, también están asociados con otras enfermedades respiratorias como, por ejemplo: neumonía, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), derrame pulmonar enquistado, abscesos pulmonares, nódulos pulmonares, embolia pulmonar, tuberculosis, entre otras.(1) Incluso una patología como la infección por COVID-19 puede confundirse con un cáncer de pulmón, al superponerse los síntomas de tos, la dificultad para respirar y la fatiga.(2)
Existen enfermedades no respiratorias cuyos síntomas pueden enmascarar la presencia de un cáncer de pulmón, tales como: la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), un linfoma, o la Enfermedad de Hodgkin torácica.(1)
Sin embargo, en este artículo vamos a enfocarnos exclusivamente en las enfermedades respiratorias.
¿Neumonía o cáncer de pulmón?
El cáncer de pulmón no siempre genera síntomas en sus inicios, y cuando lo hace usualmente es porque la enfermedad ha alcanzado una etapa avanzada.(3)
Una forma de diferenciar los síntomas que se superponen entre ambas enfermedades es que los síntomas de la neumonía son más severos y agudos, mientras que si el origen de esos síntomas está asociado a la presencia de un cáncer de pulmón su desarrollo ocurre de una manera más lenta, recordando nuevamente que esto se debe a que se trata de una patología de evolución más lenta (no aguda).(3)
Los síntomas que se superponen son:(3)
- Tos, que tiende a ser más persistente en personas con cáncer de pulmón, con una duración de varias semanas y que va empeorando progresivamente.
- Presencia de flema.
- Dificultad para respirar, más persistente en personas con cáncer de pulmón que en aquellas con neumonía. Sin embargo, las personas con neumonía experimentan una disnea más aguda que puede progresar más rápidamente sin tratamiento.
- Dolores punzantes en el pecho.
- Cansancio, aunque las personas con cáncer de pulmón suelen sentir más fatiga que las que padecen neumonía.
- Pérdida de apetito, que hace que las personas con cáncer de pulmón la experimenten lo que puede resultar en una pérdida de peso.
Es importante tener presente que los médicos por lo general no utilizan determinados síntomas para descartar o diferenciar una neumonía de un cáncer de pulmón, sino que la clave para ellos es tener claridad de la rapidez con la que se han desarrollado dichos síntomas desde su fecha de inicio.(3)
¿EPOC o cáncer de pulmón?
Existe una estrecha relación entre ambas enfermedades, e incluso entre el 40 al 70% de las personas con cáncer de pulmón también pueden tener EPOC, incluso sin que tengan un historial de haber sido fumadores.(4)
Parte del dilema para los médicos es la superposición significativa entre los síntomas de la EPOC y los síntomas del cáncer de pulmón. "Los pacientes con cáncer de pulmón y EPOC a menudo tienen tos y/o dificultad para respirar, esta última con el esfuerzo", dice el Dr. Carlin. "Se pueden observar episodios repetidos de neumonía o bronquitis con cualquiera de las dos enfermedades".(4)
Sin embargo, el cáncer de pulmón tiene algunos síntomas adicionales, tales como: tos con sangre, falta de apetito y pérdida de peso, ronquera o disfonía, dolor en el brazo o en la pared torácica e hinchazón en el cuello o la cara.(4)
Es la aparición de estos síntomas a los que se debe prestar atención, cuando se tiene la duda de haber recibido un diagnóstico correcto de EPOC.
Otras señales no respiratorias del cáncer de pulmón pueden ser:
· Ensanchamiento de las puntas de los dedos (de manos o pies) tomando una forma de palillo de tambor (acropaquia) (2)
· Presencia de nódulos en el cuello o en la zona supraclavicular (2)
· Plaquetas en sangre elevadas (trombocitosis) (2)
Es importante mencionar que esta información sólo tiene como propósito aclarar una distinción entre cáncer de pulmón y otras enfermedades respiratorias. Sin embargo, la única manera de llegar a tener un diagnóstico preciso es mediante la asistencia a una cita médica, pues los profesionales de la salud son los únicos capacitados para evaluar sus síntomas como un todo e indicar los estudios necesarios, así como decidir sobre la mejor alternativa de tratamiento.