La falta o ausencia de apetito suele ser uno de los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos. A su vez la alimentación puede verse afectada por diversos malestares, como náuseas, vómitos o lesiones bucales; o también por desgano y fatiga, también producto de la medicación.
Lograr aliviarlos es un aspecto importante a considerar para poder acompañar todo el proceso en forma adecuada. En el caso de la falta de apetito, algunas de las estrategias de apoyo pueden ser:
Alimentarse saludablemente: llevar adelante una alimentación saludable implica incluir los cinco grupos de alimentos que proveen todo lo que el organismo necesita. Dentro de estos nutrientes se encuentran las proteínas, los hidratos de carbono, las grasas, las vitaminas y los minerales. Cada grupo cumple distintas funciones, por eso es importante consumirlos diariamente. En el caso de falta de apetito, se pueden incorporar en pequeñas colaciones durante el día o servir los alimentos en platos pequeños en lugar de grandes, e intentar comer en un entorno agradable para poder lograr no solo una alimentación completa sino también placentera.
Beber líquido: las personas pueden sufrir deshidratación debido a los efectos del tratamiento; los distintos malestares estomacales pueden producir también desgano, fatiga y falta de apetito; situación que se suma a la pérdida normal de agua en el organismo a través de la orina, respiración y transpiración. Por ello, es importante incorporar líquido para facilitar las reacciones químicas, regular la temperatura y dar estructura y forma al cuerpo. Es importante beber durante y no entre comidas, ya que el líquido favorece a la sensación de saciedad y ante la falta de apetito puede ser contraproducente.
Elegir alimentos saludables y optar por otras formas de preparación: comer pequeñas colaciones de alimentos nutritivos que tengan alto contenido calórico y proteico; elegir por ejemplo una porción de frutas secas, nueces, yogur, quesos, huevos, batidos de leche, helado, cereales, entre otros. Optar por batidos nutritivos permite incorporar varios nutrientes en una misma preparación, y son mejor tolerados que intentar comer todos esos alimentos en un mismo momento o en un solo plato.
Optar por distintos sabores: la falta de apetito también puede ser ocasionada por cambios en el gusto u olfato. Una de las opciones para mitigar estos efectos puede ser agregar a los alimentos diferentes especias y condimentos para que sean más atractivos.
Realizar actividad física: mantener o animarse a realizar ejercicio físico puede estimular el apetito, además de mejorar la resistencia física, aumentar el tono y masa muscular, mantener la densidad ósea, regular la presión arterial y mejorar el estado de ánimo general.
El cuidado paliativo de los efectos secundarios es un aspecto importante que acompaña al tratamiento oncológico. Es posible perder las ganas de comer, pero una nutrición saludable y el mantenimiento del peso corporal son un pilar importante tanto física como emocionalmente en el camino hacia la recuperación.