Sacrificar horas de sueño por temas laborales, exigencias familiares o incluso para ver una serie en la televisión es parte de la rutina de muchos. Pero dormir lo suficiente no es algo que debe tomarse con liviandad, es fundamental para tener una buena salud2.
No dormir lo suficiente está relacionado con enfermedades y afecciones crónicas, como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, obesidad y depresión2.
Incluso una noche de poco sueño puede tener consecuencias. Si se duerme mal, es más probable estar de mal humor, ser menos productivo en el trabajo e incluso tener un accidente automovilístico3.
El insomnio
El insomnio es el trastorno del sueño más común4. Consiste en la imposibilidad para iniciar o mantener el sueño, o de conseguir una duración y calidad de sueño adecuada para restaurar la energía y el estado de vigilia normal5. Puede ser agudo: dura unos días o algunas semanas y por lo general se relaciona con el estrés o a un acontecimiento traumático; o puede ser crónico: aquel que dura un mes o más6.
Se estima que entre el 10 y el 15 % de la población adulta padece insomnio crónico y que entre el 25 y 35 % ha sufrido insomnio ocasional o transitorio en situaciones estresantes5.
Cantidad y calidad del sueño
La cantidad de horas de sueño necesarias varían según la edad. La Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y la Sociedad de Investigación del Sueño recomiendan que los adultos (entre 18 y 60 años) duerman 7 horas o más por noche, que los adolescentes (entre 13 y 18 años) duerman entre 8 y 10, y que los niños en edad escolar (entre 6 y 12 años) duerman entre 9 y 12 horas por noche3.
Además de la cantidad, la calidad del sueño también es esencial. Los signos de un mal descanso incluyen: sentirse somnoliento o cansado incluso después de haber dormido lo suficiente, despertarse repetidamente durante la noche y tener síntomas de un trastorno del sueño, como roncar o respirar con dificultad3.
En definitiva, dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del estrés del día. Después de una buena noche de sueño, se toman mejores decisiones, se está más alerta y más optimista. Y un dato no menor: dormir también ayuda al cuerpo a combatir enfermedades7.
Consejos para un buen descanso
Para dormir bien, es recomendable adoptar los siguientes hábitos antes de acostarse3:
● Ser consistente: acostarse a la misma hora todas las noches y levantarse a la misma hora todas las mañanas, incluso los fines de semana.
● Asegurarse de que la habitación sea tranquila y oscura y que esté a una temperatura agradable.
● Retirar los dispositivos electrónicos como televisores, computadoras y teléfonos del dormitorio.
● Evitar las comidas copiosas, la cafeína y el alcohol antes de acostarse.
● No consumir tabaco.
● Hacer ejercicio. Estar físicamente activo durante el día puede ayudarte a conciliar el sueño más fácilmente por la noche.
Por último, es recomendable estar atento a las señales. Si uno a menudo se siente cansado durante el día o la falta de sueño dificulta las actividades diarias es recomendable hablar con un médico7.