¿Cómo se desarrolla la sepsis?
La aparición y la frecuencia de los casos de sepsis son muy complejos, ya que están determinados por la interacción de muchos factores.1
Varias enfermedades crónicas, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer, la cirrosis, el SIDA y otros trastornos de inmunodeficiencia, se asocian a un mayor riesgo de sepsis. Los factores demográficos y sociales, como la dieta y el estilo de vida (por ejemplo, el consumo de tabaco y alcohol), también influyen en la aparición de la sepsis. Del mismo modo, el acceso a los cuidados intensivos, así como la oportunidad y la calidad de la atención, también están asociados a la aparición de la sepsis y a su tasa de mortalidad.1
La mayoría de los tipos de microorganismos pueden causar sepsis, incluidas bacterias, hongos, virus y parásitos.1
La sepsis es una emergencia médica potencialmente mortal. Si tu o alguien que conoces muestra signos de sepsis, busquen atención médica de inmediato.2
Cada hora cuenta.
Cualquiera puede contraer una infección, y casi cualquier infección puede conducir a la sepsis. Las personas con enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades pulmonares, cáncer y enfermedades renales corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones que pueden conducir a la sepsis. 3
Síntomas de la sepsis
Debido a las características de la sepsis como enfermedad
con múltiples organismos causantes y su naturaleza evolutiva en el tiempo, las personas con sepsis pueden presentar diversos signos y síntomas en distintos momentos. Los signos y síntomas de alerta incluyen:
• Fiebre o baja temperatura y escalofríos
• Alteración del estado mental
• Dificultad para respirar/respiración rápida
• Aumento de la frecuencia cardíaca, pulso débil/presión arterial baja, baja producción de orina, piel cianótica o moteada
• Extremidades frías y dolor o malestar corporal extremo
La sospecha de sepsis es un primer paso importante paso para el reconocimiento y el diagnóstico tempranos. 4