Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Cuando se comienza de forma temprana el tratamiento indicado por el médico es más probable que los síntomas de la Artritis Reumatoide (AR) logren su remisión (1).
Uno de los tratamientos para la AR consiste en la toma de medicamentos indicados según la gravedad de los síntomas y el tiempo estimado que se tiene la enfermedad (1).
El médico también puede recomendar un tipo de terapia, con distintos profesionales de la salud que trabajan para contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes con AR (1).
Tipos de medicamentos
Existen distintos tipos de medicamentos, que son recetados por el médico de acuerdo con el estado en que se encuentre el paciente respecto de la enfermedad (2).
Estas medicinas suelen ser eficaces para reducir los síntomas, retrasar o detener el daño en las articulaciones afectadas y disminuir la posibilidad de discapacidad (2).
No obstante, aunque son eficaces pueden tener efectos secundarios, por lo que será fundamental consultar al médico especialista para que haga el diagnóstico correcto (2).
Medicamentos antiinflamatorios esteroides y no esteroides
El tipo de medicamentos antiinflamatorios no esteroides suele ser de los más comunes, dado que algunos son de venta libre en farmacias (1).
Estos fármacos están indicados para aliviar los síntomas de la AR, tales como reducir el dolor articulatorio y la inflamación (1).
Mientras que los del tipo esteroides, además de reducir la inflamación y aliviar el dolor, retrasan el daño articular (1).
Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales
Este tipo de medicamentos es indicado por el médico con el objetivo, principalmente, de retrasar el avance de la AR (1).
Además, es recetado a los pacientes para evitar que sus articulaciones y otros tejidos sufran daños permanentes (1).
Por su parte, los fármacos suelen ser indicados por los médicos tan pronto cuando se tenga el diagnóstico de Artritis Reumatoide (3).
Agentes biológicos
Los agentes biológicos, o también conocidos como modificadores de la respuesta biológica, son la nueva clase de fármacos modificadores de la enfermedad (1).
Estos suelen ser más eficaces cuando se los combinan con los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencional (1).
No obstante, los agentes biológicos por lo general no se utilizan combinados con otros agentes biológicos, porque pueden aumentar la frecuencia de infecciones (3).
Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad sintéticos y con diana específica
Pueden utilizarse en caso de que los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales y los agentes biológicos no dan la respuesta esperada en la evolución de la enfermedad (1).
Terapias
Además de un tipo específico de medicación, el profesional puede recomendar una clase de terapia no farmacológica que ayude al paciente a llevar la AR de la mejor manera posible (1).
Entre las opciones frecuentes se encuentra la derivación a un terapeuta ocupacional o a un fisioterapeuta (1).
Fisioterapia
Los fisioterapeutas pueden enseñar a un paciente con AR ejercicios para mantener flexibles las articulaciones (1).
Como parte de la terapia, los fisioterapeutas también incluyen masajes, tracción y tratamientos de aplicación de calor intenso (3).
Terapia ocupacional
El terapeuta ocupacional puede recomendar nuevas formas de realizar las tareas diarias, que resulten fáciles para las articulaciones en pacientes con AR (1).
También puede indicar la utilización de determinados objetos que sirven como dispositivos de asistencia y ayudan a no esforzar las articulaciones doloridas (1).
Cirugía
En algunos casos, el médico puede sugerir realizar una cirugía para reparar las articulaciones dañadas (1).
Esta puede ayudar a restaurar la capacidad de usar la articulación, así como a reducir el dolor y a mejorar la función (1).
Sin embargo, es importante que el médico determine objetivos razonables para cada paciente según su capacidad funcional, realizando la reparación quirúrgica mientras la enfermedad está activa (3).
Objetivos de los tratamientos
Los tratamientos para la AR tienen como objetivo principal reducir la inflamación y el dolor, así como también detener el daño en las articulaciones (2).
Con esto se busca mejorar la calidad de vida del paciente, es decir, que ésta sea lo más normal posible (2).
No obstante, para que todo tratamiento de la Artritis Reumatoide esté completo, el paciente debe realizar determinados cambios en su vida diaria (2).
Hábitos saludables
Los tratamientos para la AR incluyen la adopción de hábitos saludables, que permiten mejorar los síntomas y la enfermedad en general (3).
Realizar determinados ejercicios físicos para reducir el estrés, dejar de fumar y descansar lo suficiente, será fundamental (2).
También es importante hacer reposo en periodos de mayor inflamación articular y en la etapa más activa de la enfermedad (3).
Por otro lado, se aconseja tener una dieta regular, rica en vegetales, pescados que brindan Omega 3 y aceites vegetales (3).