La mejor forma de evitar el ACV es realizando cambios en el estilo de vida, que incluyen principalmente consumir alimentos saludables, ejercitarse regularmente, evitar el tabaco y reducir la ingesta de alcohol. Estos cambios en el estilo de vida reducen el riesgo de formación de placa que obstruye las arterias (aterosclerosis) y de hipertensión arterial, y facilitan el control de los niveles de colesterol. Llevar adelante estos cambios del estilo de vida también ayuda a evitar otro episodio en caso de ya haber padecido un ACV previamente.2
¿Cuáles son los cambios del estilo de vida recomendados? 2,3
El estilo de vida de las personas afecta diversos riesgos para su salud, incluido el de ACV. La vida saludable puede disminuir el riesgo de este evento; algunas medidas que se recomiendan con este fin incluyen:
1) Elegir alimentos y bebidas saludables, consumir muchas frutas y verduras frescas. Se sugiere comer alimentos bajos en grasas trans y saturadas y pobres en colesterol, y favorecer aquellos altos en fibra. También limitar el consumo de sal, ya que impacta en la presión arterial.
2) Mantener un peso saludable mediante dieta y actividad física. Se recomienda realizar 2 horas y 30 minutos por semana de actividad física aeróbica de intensidad moderada a intensa.
3) El hábito de fumar tabaco aumenta en gran medida las posibilidades de tener un ACV. Se recomienda dejar de fumar; es posible consultar a un médico sobre terapias disponibles que ayuden a hacerlo.
4) Limitar la ingesta de alcohol. La ingesta excesiva del mismo puede aumentar la presión arterial, así como afectar el ritmo cardíaco (con riesgo de aparición de arritmias, un ejemplo frecuente es la fibrilación auricular). Está demostrado que el consumo excesivo de alcohol aumenta hasta 3 veces el riesgo de la aparición de ACV.
¿Cómo realizar el control de las enfermedades de base? 3
Enfermedades cardíacas, el colesterol alto, la presión arterial alta o la diabetes pueden aumentar el riesgo de ACV si no están adecuadamente bajo control.
En caso de tener enfermedades cardíacas, enfermedad de las arterias coronarias o fibrilación auricular, el equipo de atención médica puede recomendar un tratamiento médico o una cirugía.
También es importante evaluar los niveles de colesterol al menos una vez cada 5 años por medio de análisis de sangre, y si los valores son altos podría ser necesario administrar medicamentos, además de la indicación de cambios en el estilo de vida.
La presión arterial debe controlarse con regularidad: la hipertensión arterial se maneja con dieta sin sal, otros cambios de estilo de vida y, muchas veces, medicamentos.
Es importante realizar pruebas de glucemia (azúcar en sangre) para descartar diabetes, y si está presente este problema controlar la glucemia con regularidad, así como estimular buenos hábitos, con actividad física y selección de alimentos más saludables. Estas acciones ayudarán a mantener el nivel de glucemia en valores aceptables.
En personas que han sufrido un ACV es posible que este se repita, aunque también existen estrategias para reducir el riesgo. Es fundamental en estos casos seguir las indicaciones médicas para reducir las probabilidades de tener un segundo episodio. Los siguientes 8 puntos pueden valorarse de manera rápida, y mejorar así las posibilidad de evitar un segundo ACV: 4,5,6
1) Controlar la presión arterial
2) Controlar el colesterol
3) Mantener bajo el nivel de azúcar en la sangre
4) Realizar actividad física
5) Comer saludable
6) Control del peso (intentar bajarlo si es necesario)
7) No fumar
8) Consultar con un profesional sobre la indicación de aspirina u otros medicamentos
Excepto que existan contraindicaciones, y particularmente en personas que han tenido arritmias como la fibrilación auricular, probablemente será necesario para prevenir un segundo ACV seguir un tratamiento anticoagulante o con antiagregantes plaquetarios, o bien tomar medicación para controlar el ritmo cardíaco.
Si bien hay factores de riesgo de ACV sobre los que no se puede actuar, como la edad, los antecedentes familiares o el sexo, es importante tener en cuenta aquellos que sí son modificables. Los controles de salud regulares y los cambios hacia un estilo de vida más saludable son pilares de la prevención de ACV.1