A continuación, compartimos algunos consejos para poner en práctica que pueden ayudar a mejorar dicho bienestar.
El movimiento y sus beneficios
Mantenerse en movimiento es bueno ¿pero cómo podríamos hacer para incorporarlo en nuestra rutina diaria?
“Hace que me duela el cuerpo”; si se sufre del síndrome del túnel carpiano, dolor crónico o se tiene una lesión, las actividades normales para salir de casa, tales como caminar, pueden ser dolorosas de por sí. Por ende, es de especial importancia obtener la opinión del equipo de atención médica (1-3).
No obstante, hay muchas actividades de las cuales las personas que sienten dolor pueden obtener muchos beneficios. Por ejemplo, intentar realizar actividades acuáticas; tales como la natación o aeróbicos acuáticos es una buena alternativa. Nuestra flotabilidad en el agua le quita presión a las articulaciones y ayuda a aliviar el dolor. También hay clases especializadas de yoga que se centran en aliviar el dolor y aumentar el flujo sanguíneo a través del cuerpo. ¡Es sólo cuestión de probarlas y ver cuál es la más adecuada! (1-3)
“No tengo el tiempo ni la energía y me agito demasiado rápido”. Si este es el caso, las siguientes son algunas sugerencias que se pueden tener en cuenta a la hora de incorporar más movimiento (4):
● Comenzar de a poco.
● Intentar usar las escaleras en lugar del ascensor, un solo piso como para empezar.
● Bajar del bus o el tren, una parada antes y disfrutar de un poco de aire fresco.
● Intentar moverse durante unos minutos sin importar donde uno se encuentre.
Si alguna de estas opciones resulta, lo ideal sería aumentar a tres minutos mañana, cuatro al día siguiente, y así sucesivamente.Y si no funciona, podríamos pensar cuál es el motivo y si hay otra cosa que se puede intentar para superar esta dificultad (4).
¿Qué pasa con la vergüenza? (5,6)
Sentir vergüenza puede pasar y es normal. Se puede hacer ejercicio en la privacidad de un hogar o con el pretexto de una caminata normal por el parque o una salida a hacer compras. Superar la ansiedad de hacer ejercicio en público puede llevar tiempo; el punto es no ser tan exigente con uno mismo.
Además, salir al aire libre puede ser un gran estímulo para la confianza. Se puede pedir el apoyo de un amigo y sentirse acompañado. Felicitarse por cada momento que se pasa en movimiento y, si se puede, hacer un seguimiento de la evolución haciendo uso de las aplicaciones para teléfonos inteligentes, un contador de pasos o incluso un diario o registro de ejercicios manual. Observar las mejoras de esta forma puede ser un gran incentivo hasta ese momento de luz (y más allá) cuando se comienza a sentir físicamente la evolución y los beneficios para el cuerpo y la salud.
Por último, recordar que el secreto está en probar con aquellas actividades que se pueden incorporar a la rutina con mayor comodidad y con las cuales se puede paulatinamente progresar en ese ejercicio físico.