Este material es de carácter educativo e informativo únicamente, no sustituye ni reemplaza la consulta médica, y en ningún caso deberá tomarse como consejo, tratamiento o indicación médica. Ante cualquier duda deberá consultar siempre con su médico tratante.
Ante la sospecha de GIST, el médico realizará un interrogatorio recabando antecedentes médicos personales y familiares, presencia de signos y síntomas relacionados a la enfermedad y un examen físico general1,2.
Los estudios por imágenes son importantes para realizar una evaluación y análisis de la enfermedad. Estos pueden incluir una tomografía computada, una tomografía con emisión de positrones (PET), una resonancia magnética y/o una ecografía. Los hallazgos de estos estudios permiten evaluar la localización y extensión de la enfermedad, y la presencia de metástasis causadas por el tumor. Los GIST tienen la posibilidad de dar metástasis en el hígado y otras localizaciones dentro de la cavidad peritoneal. La presencia de metástasis fuera del abdomen es infrecuente3.
A continuación, describiremos en qué consisten los siguientes métodos diagnósticos4:
• Pruebas con contraste: si bien este estudio no ofrece ninguna información sobre el tipo de tumor, sí posibilita localizar anomalías y tumores en el tubo digestivo. En esta prueba se administra a los pacientes un líquido que contiene bario, un elemento químico que va a permitir la visualización del tubo digestivo en la radiografía4.
• Escáner o TAC: se trata de una técnica tridimensional la cual es muy útil para localizar posibles metástasis, es decir, diseminaciones del tumor a otros tejidos como el hígado4.
• Resonancia magnética nuclear (RMN): similar al TAC, esta prueba utiliza campos magnéticos en lugar de radiaciones4.
• Tomografía de emisión de positrones (PET): consiste en una técnica tridimensional de diagnóstico por imagen 5 con la cual se puede observar el tamaño del tumor y la potencial progresión de la enfermedad. Los tumores consumen azúcar más rápidamente que las células normales, y lo hacen más rápido según va avanzando la enfermedad. Por medio de la inyección de azúcares marcados radiactivamente se puede obtener este tipo de información4.
Usualmente se realizan estudios endoscópicos (un pequeño tubo equipado con una cámara y posibilidad de tomar muestras de biopsia) del tracto digestivo. Estos pueden realizarse por vía alta (video endoscopía alta, ingresa por la boca y estudia el esófago, estómago y primera parte del duodeno) o por vía baja (estudia el recto y el colon), de acuerdo a la sospecha y localización de la enfermedad. Estos procedimientos permiten una evaluación directa y la posibilidad de tomar biopsias para el diagnóstico5.
Si quieres saber más acerca de esta patología, te invitamos a conocer a la Fundación GIST aquí: